También este curso hemos podido contar con la presencia de Samuel Rueda, antiguo alumno del centro y hoy profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla para seguir profundizando en el tema de la adolescencia.
El punto de partida volvió a ser el problema de comunicación con l@s adolescentes. El profesor pidió a l@s asistentes que anotaran las cosas que les molestaban de sus hij@s. A continuación hizo una relación con todo ello:
-el desorden en sus conductas, además de su cuarto,
-la falta de colaboración en las tareas familiares,
-las respuestas monosilábicas a cualquier tema que se les pregunte,
-no te dejan abrazarles ni mostrarles cariño,
-no cuentan las cosas para no preocupar a las familias,
-exigencia permanente de "derechos", todo se cuestiona y se resuelve discutiendo (horario de estudios o salidas, forma de vestir...)
-no aceptan las críticas,
-no quieren que su familia se "meta en sus cosas" y a la vez se quejan de que "no se preocupa por lo que les pasa"...
Tras esta relación, y otras más, el profesor Rueda pidió a l@s asistentes que recordaran en qué momento sus hij@s habían reaccionado correctamente para descubrir cuáles eran las condiciones que habrían propiciado ese cambio.
Fue un ejercicio interesante porque nos obligó a "pensar en positivo" y hui de la queja permanente. Ello permitió un interesantísimo debate y surgieron propuestas muy ocurrentes que nos llevaron a la conclusión que pretendía el profesor:
TENEMOS QUE INTENTAR HACER LAS COSAS DE OTRA MANERA DESCUBRIENDO CÓMO LO HICIMOS CUANDO LA "COSA" FUNCIONÓ, dado que, como lo estábamos haciendo hasta ese momento, no funcionaba.
La conclusión más importante es que nosotros podemos cambiar esa situación si analizamos en profundidad no solo el comportamiento de l@s adolescentes sino también el nuestro y aceptamos que el/la adolescente se reafirma por medio del enfrentamiento. La mejor manera de hacerles madurar es darles responsabilidades acordes con su edad y sus capacidades.
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